La libertad de expresión no sólo implica poder escuchar aquello que compartimos, sino justamente aquello que nos molesta o, incluso, que está en las antípodas de lo que pensamos.
La censura, una de las pocas conductas expresamente prohibidas por nuestra Constitución nacional y por los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, es por definición la antítesis misma de la libertad de expresión y sólo está reservado a casos excepcionales, como la protección de los menores.
La suspensión del acto de presentación de la película “Será Venganza” en la Feria del Libro, decidida por las autoridades del evento, es un hecho que preocupó a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), máxime por haber tenido lugar en un espacio de enorme trayectoria, que tradicionalmente ha sido un emblema de debate plural en el plano de la cultura y la intelectualidad de nuestro país.
Sin abrir juicio sobre el contenido de la obra, Adepa repudió cualquier hecho que impida la libre circulación de ideas y opiniones, reiterando, como ha dicho siempre y lo ratifica la jurisprudencia argentina, que el derecho a la libre expresión -comprendiendo incluso eventuales abusos- sólo puede dar lugar a responsabilidades ulteriores, nunca a restricciones previas.